ahuecar/aconchar [a]: traducción, edición, contingencia

Por: tato correa, juliana monroy, gastón cosentino (coletivo paqueletra @paqueletra_unila) [b]

Fecha de publicación: Enero 20, 2025


(transducere, colección abierta de citas para pensar la traducción)

el texto que les lectores van a encontrar a continuación es irregular. está formado por una colcha de reflexiones. algunas de ellas han sido articuladas en el contexto de un ejercicio de lectura/escritura/traducción colaborativas que culminará con la edición y publicación gratuita del fazine “modos del ahuecar/se”, de marie bardet y val flores, en português brasileño

(página web del colectivo: www.paqueletra.com)

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todo texto al hacerse público, de alguna forma, siempre se lanza como una interpelación doble: por una parte, al presente; por otra, al futuro. la lectura opera, así, como una “máquina del tiempo” que abre al texto a su presentificación; sin, por ello, dejar de contener ese estarse siempre lanzando al futuro que mantiene al texto en latencia, abierto a otras lecturas. la cuestión de la temporalidad del texto, su posible caída en el olvido o en el anacronismo, es lo que viene a operar como un hilo que cose haceres heterogéneos alrededor de prácticas como la traducción colaborativa y la edición artesanal.

(escrituras transversales durante el proceso de traducción)

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la traducción es un bord[e]ado al revés cuyos hilos sueltos costuran aquello que está por emerger. es la lengua herida en su comunidad que se desborda y hace el trazo hasta el próximo hueco; bordea y borda como en una sutura, coptando los extremos de las lenguas; la traducción son las tapas de un libro abierto, que, como decía Felisberto Hernández, puede escribirse antes y después. bord[e]ar la lengua es enloquecer sus lugares comunes hasta munirla de comunidades otras: borda, burda, barda. lengua siempre orlada para recibir a sus huéspedes. la traducción como espacio diverso de contemplación: huecos/trincheras/pliegues desde los cuales resistir a la oleada de lo que se muestra como la superficie inalienable del lenguaje. traducir [desde] los huecos de la “propia lengua” implica desatarla de las convenciones de aparición, de ocurrencia antipoética, preseteada, de los conteos de los corpus sin cuerpos, que funcionan de manera mecánica sin entrar en los mecanismos que la tornan engranaje y que bien podrían disfuncionarlos hasta hacerlos parte de lo incalculado, de lo venidero, de una aparición indeseada y asumida como propia, [im]pura poética, de lo que está por [des]hacerse aún. la traducción y sus adyacencias, sus potentes vecindades conflictivas, series significantes que ahuecan y horadan el papel en busca de sentidos que no se contentan en la deriva aquietada de las sustancias, a la procura de sus atributos circulares. la traducción de los huecos hacia afuera, foráneos en propia oquedad, moldura que coloca en jaque constante los límites del afuera hasta convertirlo en un paratexto de su propia escritura, en una mueca que reverbera en el límite que no es puntuación, porque no hay nada que lo lleve aparte más que su deixis a un texto otro, la ofrenda a inscribirse junto al hueco.  

(archivos compartidos sobre los que traducimos e imaginamos la edición)

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(huecos y ahuecados en la maqueta del zine)

en 2021, marie bardet y val flores (re)produjeron una “conversación teórico-amorosa” en el formato de un fazine. desde sus orígenes en la década de 40, los fanzines han sido formas de editar de bajo costo que han posibilitado la interlocución textual más allá de la legitimidad institucional. ancorados en la fugacidad y en las prácticas del ‘hazlo tú mismo’, los fanzines no constituyen un género textual domesticado por el control editorial profesional, sino que, en su efimeridad asumida, entregan germen como testimonio de los revoloteos que, con frecuencia, ciñen nuestro ser en la búsqueda de una idea o de la narración de una memoria o sentimiento. el fanzine desestabiliza el estatuto de la escritura, a la vez que vehicula prácticas heterogéneas del escribir que desdoblan y traspasan las especificidades de los géneros textuales. quizá ese fue el motivo por el cual el fanzine fue escogido para recibir ese flujo viscoso que las autoras denominaron “conversación teórico-amorosa”. y el cual, en su intermitencia, crea capas textuales; dos de ellas predominantemente marcadas visualmente en el diseño gráfico del fanzine, y que hemos denominado en la división del texto para traducción “huecos” y “ahuecados”. esta distinción, meramente técnica, no busca estabilizar en el proceso de lectura/traducción flujos de actividad y pasividad textuales, posiciones siempre provisorias en el texto fuente, sino evitar interferencias a las subversiones incesantes a lo largo de la conversación. estos bloques textuales, breves y acotados a esa espacialidad limitada que caracteriza el fanzine, abren interpelaciones irresolubles y no temen arriesgados saltos en el tejido de ideas e imágenes. son, tal vez, una invitación velada a continuar tramando en los inusitados recovecos/concavidades/huecos que dejan las articulaciones cuando se movilizan.

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las llamadas articulaciones son estructuras complejas formadas por varios tipos de tejido corporal: óseo, muscular, cartilaginoso, sinovial. estas se forman en el espacio de interacción, el ahuecamiento, de dos o más huesos, pero incluyen de forma radical todo lo que sostiene ese encuentro. nos interesa particularmente hablar de uno de esos componentes: la fascia. un tejido conectivo que no solo hace parte de las articulaciones, sino que, literalmente, mantiene en su lugar todas las partes de nuestro cuerpo. si en el entramado escritural bardet-flores la articulación y su “apoyadura” ósea operan como una de las imágenes del ahuecamiento inherente al cuerpo y, por extensión, a los lenguajes, en nuestra escritura (que traduce) la fascia opera como metáfora de las tramas irregulares del trabajo en colectivo. más que una membrana, la fascia es un tramado de fibras que posibilita interacciones no solo con el afuera, sino también y, sobre todo, con el adentro. su formación discontinua y porosa no hace de sus estructuras algo fijo, sino móvil. articulando, ahora, desde ese lugar de cruzamiento casi delirante que posibilita la analogía, el trabajo colaborativo de traducción puede pensarse como la producción temporal de un tejido abierto e irregular que sustenta un movimiento, casi sincronizado, que busca producir un pasaje entre una lengua y otra. como la fascia, el tejido colaborativo que se articula para la ejecución de un proyecto de traducción está sometido a excesos de laxitud o tensión que tienen que irse ajustando para que no se atrofie, lo que es siempre un riesgo. este ejercicio demanda una escucha activa que es fundamental para sustentar una ética entre les participantes y con el texto.

(parte del colectivo en el cierre de la primera etapa de revisión de la traducción (además de las personas en la foto participan: lupe zapata, sol marita mishyx, aline veingartner, flecha & ravel (ed. transedições Elle Elu, BH, Brasil).

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es, como mínimo curioso, que el primer aconchar la alteridad, cuando esta nos confronta desde dentro, se de en lo cóncavo del canal entre la oreja y el oído. 

(pasajes donde aparecen la grafía del neutro con x)

aconchar preguntas punzantes, en esta nuestra escritura que traduce, es abrirse con el filo de la lengua rutas de fuga entre lenguajes grafados que nos pretenden fijos cuando somos flujo. entre laxitudes y tensiones la incógnita nos aborda: son x y e significantes capaces de aconchar el deseo de ser oralizable? pueden x y e ahuecar lo irresoluble de las interpelaciones que transbordan el orden binario, impuesto desde las autoritarias formas que nunca habrán de contener al contenido? podrá ese ahuecar de la concha de la escucha ser canal para que chorree el deseo de que tu lengua no me encarne heridas de un tajo cada vez que me nombra? puede la acidez de la saliva balancearse al punto de abrazar mientras deshace?

traducir desde el deseo de cuidado con la herida abierta en los cuerpos sin juicio que, al nombrarse, reconocen el intersticio como su hábitat. lugar de existencia donde el suelo panceado es fango alimentado por aguas no estancadas, que sedimentan lo que cae por su propio peso, digestionando todo lo orgánicamente terroso que se asienta en el fondo del pantano para refugiar las múltiples muertes de quien ya fue y hoy deviene transmutación, reconociéndonos, también, en lo reflejado ante los espejos más sombríos de las profundidades del lenguaje que bordea el ser. traducir desde la piel, como quien le apuesta al aconchar de las voces que, desde el susurro o el grito, manifiestan su habitar la fisura entre el habla y la escritura.

(diagramación preliminar de modos del ahuecar/se: modos do aconchar/se)


Notas

[a] aconchar, en portugués brasileño, implica un gesto corporal, con frecuencia de las manos, para hacer espacio dentro de sí para que algo pueda entrar/ser recibido. esta palabra apareció en el horizonte de las intensas discusiones que ha significado para el colectivo abrazar la pluralidad de sentidos que, en el fanzine de bardet y flores, tiene el verbo “ahuecar”, el cual en el léxico brasileño no tiene un correlato unívoco. por esta razón, se han adoptado diversos significantes para su traducción, entre ellos: aconchar.

[b] las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad de les redactores, sin embargo, muchos de estos pensamientos tuvieron su germen al amparo de las discusiones colectivas realizadas desde febrero de 2024 hasta la fecha.

[c] la  traducción colaborativa del fanzine Modos del ahuecar/se es realizada por el colectivo paqueletra (palavra que leva e traz), coordinado por gastón cosentino. el proyecto es una actividad de extensión y, como tal, es abierta a toda la comunidad, tengan o no nexo institucional con la Universidade Federal da Integração Latino-americana (Tríplice Fronteira/Foz do Iguaçu, Brasil) a la que el proyecto está adscrito.


Para citar: correa, tato; monroy, juliana; cosentino, gastón. “ahuecar/aconchar : traducción, edición, contingencia” Signatura, vol. 4.2, enero 20, 2025 URL: https://www.humanidadesambientales.com/signatura/012025-v4-diaz-abuela-jardin

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