Seguir el flujo desbordado de las luchas feministas
Por: Noel Sosa Gonzalez
Fecha de publicación: Diciembre 14, 2023.
Una de las premisas fundamentales en la investigación feminista es el reconocimiento del lugar situado desde el que se piensa, analiza y escribe. He retomado la metáfora del paisaje acuático uruguayo para construir un primer mojón desde donde anclar mi investigación titulada “De la orfandad al linaje. Hacia una genealogía de las luchas feministas en el Uruguay post-dictadura”(2016-2020). Partí de la propuesta de Silvia Rivera Cusicanqui (2018) y su invitación a situar nuestro pensar desde un paisaje concreto. Sus aportes confluyen en la propuesta de Raquel Gutiérrez (2017) respecto a que la lucha sea la clave de intelección principal que ordene nuestra tarea, de modo que es desde allí que he seguido los desbordes y los flujos de las luchas de las mujeres uruguayas en la post dictadura. En las palabras que siguen, me interesa compartir parte de las reflexiones que, a propósito de pensar desde el agua, fueron fértiles para mi trabajo en sociología.
En la apuesta por la construcción de una genealogía de las luchas feministas y de mujeres en Uruguay, he buscado seguir el flujo de las luchas de las mujeres iniciadas en los años ochenta. En lo que se conoce como transición democrática (Caetano y Rilla, 1987; Demassi, Rico y Rosal, 2004) hubo una fuerte presencia de organizaciones feministas y comisiones de mujeres. Ellas lucharon contra todo autoritarismo a partir de la reflexión situada en su experiencia concreta como mujeres que desearon una democracia –tanto en el país como en el hogar– y que se empecinaron en cambiar la vida (Sosa, 2022). Además, existió una vasta producción escrita de publicaciones específicas y aportes al campo de los feminismos que incluyó revistas, cuadernos de formación, libros, notas en prensa y otros materiales. Ambas cuestiones suelen quedar relegadas en los registros históricos. Ellas, con otros y otras, resistieron a la dictadura cívico-militar (1973-1985), se organizaron en diversos espacios y lucharon como parte del movimiento popular. Se atrevieron a tensar la supuesta condición de igualdad entre mujeres y hombres, desde un encuentro con su cuerpo femenino y su ser mujeres, imaginando una forma de organización social democrática y formas otras de lo político. Sin embargo, en los estudios sobre movimientos sociales uruguayos de la época aparecen pocas menciones explícitas a las luchas de las mujeres o se desconocen sus aportes. Además, en los escritos vinculados al fuerte protagonismo del movimiento estudiantil, sindical y cooperativo en la resistencia a la dictadura, los términos que se utilizan para hacer referencia a quienes fueron protagonistas de las luchas están en masculino. Los debates feministas sobre la democracia fueron los aportes más críticos y al mismo tiempo los más invisibilizados (de Giorgi, 2020). Se trató de un período muy fértil de las mujeres en lucha del país del que era preciso conocer más. Era y sigue siendo necesario despatriarcalizar la historia, tanto en la academia como en la memoria colectiva, porque la creación y fertilidad desplegadas por las mujeres y disidencias han sido expropiadas en una forma nueva de despojo. Pero esos hilos, tal vez más subterráneos que torrentosos, están conectados con las luchas feministas actuales.
La inspiración acuática es muy propia de los feminismos. En la literatura y en el activismo se ha usado frecuentemente la idea de olas como modo de nombrar los grandes momentos del feminismo. La idea de las olas cobra sentido porque supone una metáfora con capacidad pedagógica, en tanto permite señalar tanto la continuidad como los picos de intensidad, en tanto da cuenta de una lucha que en determinado tiempo y espacio cobra fuerza, irradia, desborda y amplifica ondulaciones. Es decir, puede pensarse la ola de manera más extensa, como movimiento ondulatorio que tiene un momento de propagación de energía, de sentidos que se expanden y toman otra velocidad. También es posible reconocer que cada oscilación no retorna exactamente al mismo punto sino que disipa su energía de varias maneras y contribuye a nuevos momentos de amplitud. Pensar las luchas feministas en clave de olas da cuenta de cómo las prácticas e ideas feministas van encontrando formas de canalizarse y lanzarse nuevamente. Al mismo tiempo esta metáfora tiene sus límites si solo se usa para dar cuenta de ejes estructurantes de cada momento, capturando solo los sentidos que allí se han cristalizado. Entonces me interesa, por un lado, mirar el movimiento y no solo la fotografía inmóvil de un momento dado, y, por otro, expandir las metáforas acuáticas para pensar los anclajes territoriales, las distintas formas de las luchas de aquellos afluentes que componen luego el mar.
Por otra parte, en los años recientes otras han sido las formas de nombrar la renovación e intensidad de las luchas feministas, y por tanto interesa pensar cómo las propias luchas se han nombrado a sí mismas. En el caso de los feminismos renovados en Uruguay, más que hablar de una “cuarta ola” aparecen términos como rebelión y revuelta. Se ha caracterizado las movilizaciones por el aborto legal de los últimos años en Argentina y otros países latinoamericanos como “la marea verde”. La idea de hablar de cuarta ola se disipa, no arraiga completamente en el sentido colectivo, se habla más bien de marea feminista, que remite no sólo al movimiento expansivo y adulatorio sino a un movimiento de cauce de agua aún más amplio. En diversas proclamas y textos recientes en los 8M en Montevideo el agua insiste y se utiliza permanentemente una poética acuática que busca dar cuenta de lo que se riega, de la fuerza, de lo vital, de lo permeable. Por ejemplo, en la proclama del 8 de marzo de 2018 de la Coordinadora de feminismos se habla de la lucha feminista como un río callejero, caudaloso, potente y renovado. Al año siguiente, en la Huelga Feminista de 2019, el colectivo de maternidades feministas Desmadre señaló en un comunicado que su intención era: “desbordar el cauce maternal contenido por el patriarcado”, agregando su ser ‘desmadre’ como el río cuando se sale de su cauce previsto y desborda en otras formas” (2019, s/d).
Las metáforas acuáticas son útiles para dar cuenta de un curso, de un proceso, de distintas intensidades, y distintos vínculos con los territorios. Es interesante que estos nuevos sentidos se conectan con las palabras que Rosa Luxemburgo usó para teorizar sobre las huelgas alemanas de 1905 y mostrar otros formas de organización: “ora se extiende por todo el imperio como una ancha ola del mar, ora se divide en una red gigantesca de estrechos riachuelos; ora brota de las profundidades como un fresco manantial, ora se hunde completamente en la tierra (…) todo esto fluye caóticamente, se dispersa, se entrecruza, se desborda; es un océano de fenómenos, fluctuante y eternamente en movimiento” (Luxemburgo, citado en Gago, 2019:42).
La descripción de los flujos de agua permiten otros modos de entender las luchas sociales, integrando sus distintos afluentes e intensidades y valorizando los variados modos de fluir y cobrar forma que en cada caso se van dando. Siguiendo el hilo de esta poética acuática, podría decir que mi investigación buscó rastrear los diferentes afluentes de las luchas de las mujeres en el Uruguay de la transición democrática y sus conexiones con los flujos de la lucha feminista actual. Miré el pasado desde el presente, como caracola de mar que conserva la huella de lo anterior en su eco (Sosa y Menendez, 2019), en tanto el presente se formó con toda esa sedimentación de oleaje y a la vez recupera su capacidad de fluir y renovarse.
La propuesta de estudiar la hidrografía de las luchas feministas, retomó la insistencia del agua, que en el Cono Sur no es solo una poética, sino que se conecta con nuestro paisaje, en particular con la Cuenca del Plata. La cartografía acuática, en todas sus expresiones y metáforas, fue útil para prestar atención al desborde, al río cuando crece, pero también reconocer profundidades y capilaridades, mirar los afluentes de menor tamaño. Busqué las luchas de las mujeres y no solo las feministas porque entendía que en varios tiempos históricos hay mujeres en lucha que, aunque no se reconocieron a sí mismas como feministas, han cuestionado el orden de dominación sexo-genérico. Muchas de ellas devienen luego mujeres o colectivos que se nombran a sí mismas feministas, pero eso no sucede ni en todos los casos, ni de forma lineal ni en el mismo tiempo de la lucha. Incluí en el análisis tanto al movimiento de mujeres como las organizaciones feministas que compusieron el tiempo de lucha, buscando mirar los horizontes de deseo y el alcance práctico (Gutiérrez, 2008) para nombrar y recoger los fértiles aportes de diversas las luchas de las mujeres, asumiendo que las mismas preceden y exceden a los feminismos aunque también se supongan mutuamente.
Esta mirada desde un paisaje concreto, que es un paisaje de agua, me ayudó a dialogar con la crítica de Gutiérrez (2008) respecto a dejar de mirar las luchas de una manera sociológica clásica. Es decir, dejar de establecer quiénes son los sujetos de antemano y asumir que forman configuraciones más o menos fijas, en aglutinaciones cuyo comportamiento responde a principios previamente descifrables y con acciones que implican siempre una coherencia. Si las miradas de un sujeto colectivo cerrado y jerarquizado ya no son útiles para pensar las luchas sociales, menos aún para pensar el movimiento de mujeres, las luchas feministas y sus desbordes (Menéndez, 2019). Se necesitan nuevas claves de intelección para comprender los procesos organizativos y de subjetivación política que ocurren en las casas, en los barrios, en los distintos espacios de las tramas organizativas que tejen las mujeres. En tal sentido, en la investigación busqué seguir una pluralidad de horizontes, sentidos, las prácticas colectivas y acciones desobedientes, más allá de los moldes organizativos. También planteé una mirada sobre cómo se van dotando de formas, construyendo sobre lo heredado y reinventándolo. La estrategia fue construir una perspectiva histórica que funciona como la caja de resonancia de las caracolas, que permite oír el mar que las ha ido forjando y en donde lo viejo y lo nuevo componen un espiral complejo. Se trata de una apuesta por una producción de conocimiento sobre el pasado como operación de deseo (Scott, 2004), como mirada crítica que no tiene descanso, que es más bien movimiento, como el agua, que nunca está quieta.
Referencias
Caetano, Gerardo y Rilla, José (1987) Breve historia de la dictadura. Montevideo: Centro Latinoamericano de Economía Humana, 1987.
de Giorgi, Ana Laura (2020) Historia de un amor no correspondido. Feminismo e izquier- da en los 80. Montevideo: Sujetos editores.
Demasi, Carlos; Rico, Álvaro y Rossal, Marcelo. (2004). Transición y pos transición (1980-2002). "Hechos y sentidos de la política y la pos política”. En O. Brando (comp). Uruguay hoy. Paisaje después del 31 de octubre. Montevideo: Ediciones del Caballo Perdido.
Demasi, Carlos y De Giorgi, Álvaro (comps) (2016) El retorno a la demo- cracia: otras miradas. Montevideo, Uruguay: Fin de siglo.
Gago, Verónica (2019) La potencia feminista. O el deseo de cambiarlo todo. Buenos Aires: Tinta Limón.
Gutiérrez Aguilar, Raquel (2008). Los ritmos del Pachakuti. Movilización y levantamiento popular-indígena en Bolivia (2000-2005) Bue- nos Aires: Tinta Limón.
Menéndez, Mariana (2019) “De la noción de movimiento social a la lucha como clave interpretativa. Nuevas claves a partir de los feminismos reno- vados del Río de la Plata”. Ponencia, Jornadas de Investigación Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UdelaR.
Menéndez, Mariana & Sosa, María Noel (2018) Adentro de la caracola hay mar. Zur, 26 de febrero. Disponible en: https://zur.uy/aden- tro-de-la-caracola-hay-mar/
RiveraCusicanqui,Silvia (2018) Un mundo ch´ixi es posible. Ensayos desde un presente en crisis. Buenos Aires:Tinta limón.
Scott, Joan (2004). Feminism’s History. Journal of Women’s History 16(2), pp.10-29.
Sosa Gonzalez, Noel (2022) De la orfandad al linaje. Luchas feministas en el uruguay post dictadura. Guadalajara: Catedra Jorge Alonso
Noel Sosa Gonzalez es licenciada en Psicología y Magister en Psicología Social por la Universidad de la República (Uruguay). Obtuvo el título de Doctora en Sociología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Actualmente trabaja como docente en el Servicio Central de Extensión y Actividades en el medio, en la Universidad de la República.
Para citar: Sosa-Gonzalez, Noel. “Seguir el flujo desbordado de las luchas feministas.” Signatura, vol. 2, Diciembre 14, 2023, URL: https://www.humanidadesambientales.com/signatura/121423-v2-sosa