2. Más allá de la vida vegetativa

Desde lo que hemos venido llamando el modelo clásico de la vida (clásico en tanto una categoría historiográfica para referirnos a un periodo de la historia del pensamiento occidental, sobre las cuales el proyecto "Humanista" moderno sienta sus bases), las plantas, a pesar de ser seres animados, son imaginadas más que como sujetos activos (lo humano) como objetos pasivos (la Naturaleza). Aquí, quisiéramos pensar en maneras de problematizar esta dicotomía y, pensando en las ecologías que componen la vida, ver el actuar de las plantas sobre el mundo. Para ello, seguiremos las relaciones que dan forma a las plantas y la manera en que estas relaciones componen su unidad. ¿Qué es una planta capaz de hacer? ¿de qué maneras se relaciona una planta con los sistemas de vida que le circundan? A partir de estas relaciones, tal vez, podremos especular sobre las facultades del ‘alma’ vegetal de otras maneras.

 Preguntas propuestas: ¿En dónde se divide la vida activa de la vida vegetativa? ¿Podemos hablar de agencia en las plantas? ¿Cuáles son las temporalidades en que sus vidas toman forma? ¿Puede una planta pensar? ¿Por qué hemos dado por sentado, históricamente, la a-sociabilidad del mundo vegetal?  ¿Cómo esto ha moldeado la manera en que imaginamos (o limitamos a ciertos cuerpos) el mundo social del humano? Y si se comunican, ¿cómo, entonces, “hablan” los árboles, y con quienes? Si partimos de que pueden, ¿qué le dirán a las aves? ¿Y si no es lenguaje, que es?

En nuestra reunión, la conversación giró alrededor de tres ejes: el primero era aquel alrededor de la pregunta sobre las maneras en que abordamos las plantas en la modernidad, en tanto objetos con los cuales establecemos relaciones estéticas e instrumentales. El libro de Wohlleben nos fuerza a encontrarnos con las plantas como seres sociales, con otros ritmos, movimientos y voces. También podemos pensarlos como seres con lo que Kant llamaría facultades de la mente: pensamiento o imaginación, por ejemplo.

El segundo tiene que ver con la descomposición de la naturaleza y la crisis ambiental contemporánea. A partir de nuestra lectura al trabajo de Wohlleben, proponemos pensar a las plantas como personas no-humanas. Siendo así, ¿Cómo entender las distopias que se preocupan por lo humano pero no por estas otras personas? Parte del giro en la conversación global sobre la crisis ambiental ha sido incluir a los animales domésticos y domesticados, pero ¿Qué pasaría si incluimos a las plantas dentro de nuestra comunidad moral? La respuesta nos llevó a imaginar en sistemas morales que más que preocuparse por los bienestares individuales, se preocupen por los sistemas ecológicos, algo que varias cosmologías humanas han venido proponiendo por siglos. ¿Qué tipo de prácticas implicaría? La solución propuesta por un vegetarianismo "light", por darle un nombre, ya no tendría validez si tomamos en serio la manera en que Wohlleben habla de los bosques industriales. La respuesta, tal vez, está en problematizar las formas de producción  así como nuestra relación instrumental con el mundo en general.

El tercero y final tiene que ver con la manera en que podemos pensar desde las plantas sin humanizarlas. En otras palabras, el reto que nos planteamos es aquel de en vez de antropomorfizar las plantas, preguntarnos como nos "plantizamos". Parte del lenguaje, creo, ya está allí, latente: en la manera en que pensamos nuestra relación con el espacio, por ejemplo: La idea de la vida humana como personas trasplantadas, o los gestos de sentar raíces y asentarnos. Esto nos fuerza a ver no la substancia de los seres, sino comprender lo complejo en tanto composiciones de la vida.

Lecturas colectivas:

Wohlleben, Peter. The hidden life of trees: What they feel, how they communicate—Discoveries from a secret world. Greystone Books, 2016.

Ryan, John Charles. "Passive flora? Reconsidering nature’s agency through Human-Plant Studies (HPS)." Societies 2.3 (2012): 101-121.

Lecturas sugeridas:

Anterior
Anterior

3. ¿Plantas como personas?

Siguiente
Siguiente

1. Especulaciones desde los arboles