Raspar coca: velocidad que impide el cuidado común

Por: Salima Cure

Fecha de publicación: Julio 15, 2024.

Silvia Pasqua. Heridas de raspar coca. 2021


La economía de la cocaína hace de la velocidad su máxima. La hipocresía que la ilegaliza fomenta rápidas dispersiones de monocultivos de coca en diversos territorios de Colombia. Se espera cosechar lo antes posible para transformar las hojas en pasta base y luego en cocaína que alimentará la red transnacional vinculada a su comercio y de la cual disponen con inmediatez sus usuarios. La cocaína es una sustancia asociada a modos de vivir acelerados, híper estimulados y de continuo rendimiento.

Hay un rasgo de esa velocidad que me interesa con particular atención, es el modo como se tiran las hojas de coca. Son llamados raspachines quienes raspan las ramas de los arbustos de coca sin el menor cuidado por las plantas, ni por ellos mismos, muchas veces sus manos quedan rajadas. Raspar con prisa permite llenar una mayor cantidad de bultos para procurarse la ganancia del día. Y lo mismo al día siguiente. Se cubren con vendas las rajaduras en la piel para poder seguir raspando. No es  cierto que son los raspachines quienes obtienen las mejores ganancias del comercio de la cocaína; por el contrario, son quienes sufren la estigmatización, las agresiones de los grupos armados, las fumigaciones de sus territorios y las penurias de la sobreproducción y acumulación de pasta base que modifica las dinámicas del mercado.

Salima Cure. Bordado foto planta de coca. 2021

Manos heridas,

 ramas quebradas, 

huellas de un mercado frenético.

Esa velocidad me perturba, me incomoda, percibo violencia en ella. No se trata de una postura moral desde la cual intentó juzgar a quien raspa, no. Es una cuestión más bien ética sobre el cuidado común. De plantas y humanos que se componen juntos en diversas formas de seres en colectividad y con perspectivas de sostenibilidad. De generar abundancias no traducidas en consumos y posesiones materiales, sino alimentos, en alianzas, en salud, en afectos.

Estos intereses se nutren de las enseñanzas que he recibido de indígenas de la Gente de Centro, que habitan la Amazonia colombiana, sobre cómo las hojas de coca se deben cosechar con atención.

Hace unos años, con Walter, indígena murui que vive en la comunidad del km 11, en las cercanías de la ciudad de Leticia, cosechamos hojas de coca para preparar el mambe, un polvo de coca mezclado con ceniza del árbol de yarumo. Lo primero que hicimos fue limpiar los arbustos de coca, quitando todas las hierbitas que les crecían en torno para hacerlas bellas. Luego, cosechamos planta por planta, despacio, sin afán. Recogiendo todas las hojas maduras, con cura, sin tirarlas, ni arrancarlas, para no hacerle daño a las plantas, ni a nosotros.

La coca se cosecha despacio, para que su saber venga en orden,

me advirtió Walter.

Salima Cure. Cosechando coca. 2013

Una a una 

Hoja a hoja

Se va llenando el canasto. 

El mambe que se produce alimentará las conversaciones en el mambeadero, lugar donde se consume el polvo junto con el ambil, una miel de tabaco. Conversaciones que duran toda la noche, a veces se amanece. Se dialoga, se escucha atentamente, compartiendo sustancias. La palabra fluye sin prisa. Es una palabra fría, palabra tranquila que media calenturas, conflictos. 

Ese es el valor del trabajo para preparar el mambe, construir comunidad, alimentar el espíritu, cuidar la vida en sus variadas formas. 

Nada de eso se hace con prisa. El cuidado exige pausas, calma, lentitud, atención. Exige, generarnos-con, como diría Donna Haraway. 

El raspar coca va en una vía contraria. No favorece devenires comunes, o no es su principal intención. Los beneficios monetarios que produce se esfuman rápidamente como ha sucedido con todas las bonanzas pasajeras que deambulan como fantasmas por diversas regiones del país.


Salima Cure. Antropóloga colombiana con amplia experiencia de investigación en la Amazonia colombiana Asociada al Cepam, Centro de Pensamiento Amazonias de la Universidad Nacional de Colombia.


Para citar: Cure, Salima. “Raspar coca: velocidad que impide el cuidado común.” Signatura, vol. 3, julio 15, 2024 URL: https://www.humanidadesambientales.com/signatura/071524-v3-cure

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