Coro de ríos que cantan
Por: Carolina Cuevas Parra; Laura Giraldo-Martínez; Catalina Rey-Hernández
Fecha de publicación: Diciembre 01, 2024
I. Canto-pensamiento coral
En el principio, unos cuerpos que escuchan. O mejor, en el principio, unas gargantas que se resuenan. Así, en esa forma reflexiva y carnal de cantar y recibir el canto de lxs otrxs. En el principio, entonces, ríos que se cantan y se resuenan y se enredan cantando. Y una casi certeza: que el andar líquido de los ríos comprende una multiplicidad de voces que emergen de cavidades torácicas, grietas subterráneas, aleteos, deshielos, pliegues en la corteza de este árbol. ¿Cómo escucharlas?, nos preguntamos. ¿Qué es eso de escuchar si no comprendemos, todavía, que los oídos los traemos en las manos las pestañas la lengua los pulmones la memoria este cuerpo todo?
El coro de ríos que cantan parte, entonces, de una invitación a sintonizarnos —es decir, a disponer nuestros cuerpos todos a resonar—con los lenguajes vibrátiles que componen los ríos. Una invitación a ampliar la comprensión de la escucha y a prestar atención a los innumerables sonidos, ritmos, murmullos y ecos que componen los ríos. En esta invitación yace una indagación ético-política que se pregunta por la posibilidad de replantearnos las relaciones con los mundos-ríos que habitamos si acaso aprendemos a escuchar las voces con las que compartimos este canto-pensamiento coral: las voces de la protesta tambaleándose, las voces gentiles de los niños aprendiendo, las voces dolientes de los peces contaminados, las voces de la asamblea comunitaria, las voces de los líquenes atosigados, las voces empapadas y mohosas de las rocas, las voces de las alas de las abejas vibrando, las voces queditas del agua naciendo, las voces estridentes intentando dominar desde el escándalo de la modernidad capitalista. Todas estas voces germinándose, encontrándose, estirándose, enredándose, unas con otras, cantando “estamos vivas”, cantando “me duele aquí”, cantando “basta”. Cantando juntas, creemos, estas voces alcanzan puntos en común, cacofonías, fricciones, divergencias, resonancias, y quizás, verdades parciales. Un coro que, en sus raíces, esconde una danza polifónica, una estampida circular, que, como escribe Anna Tsing, quizá nos ayude a escuchar más allá de las melodías dominantes del progreso y el Hombre.
Con este canto-pensamiento coral, también queremos explorar las historias, mundos de vida, saberes, conflictos, memorias y afectos que pueden surgir cuando activamos en los procesos de investigación y creación la dimensión sonora: ¿Cómo la pregunta por la escucha de los ríos puede abrirnos, a su vez, a nuevas preguntas, caminos comunes, a solidaridades y cuidados compartidos? ¿Y si recordar que las voces emergen de unas tráqueas adoloridas y cansadas, del lecho de un arroyo reseco, de los dientes y las lenguas de defensoras esperanzadas, de las entrañas de una montaña agotada, nos ayudara a re-orientar nuestra relación con los ríos? ¿Aprenderíamos a acompañarnos en nuestros dolores y afecciones comunes si de pronto nos escucháramos cantando juntas?
El sonido, como la respiración, es un movimiento de vaivén inquieto: nos enreda y desenreda entre cuerpos que buscan escucharse —tocarse— con la voz. Esperamos que la invitación a esta escucha más “expansiva” no intensifique la división humano/naturaleza, que no nos separe a los cuerpos-oyentes del mundo-escuchado, que no reduzca la escucha a una tarea que hacemos simplemente con nuestros oídos, sino que nos enrede y nos entrame aún más con los ríos. Perseguir al sonido, escribe Tim Ingold —escuchar—, es deambular entre cuerpos y entornos. Y escuchar atentamente, enfatiza, es exponerse a que el sonido arranque a lxs oyentes del lugar donde creían emplazarse. Para enredarnos, proponemos con este coro, como gargantas que se anudan y se resuenan en cantos.
II. Cantos de resistencia
Escuchamos cantos de resistencia, escuchamos las lenguas que aprendimos de las plantas, de las piedras, de los páramos. Escuchamos lo que nos preocupa, la pérdida de especies, la pérdida de conectividad, el susurro de las aguas en los esteros, en las ciénagas, escuchamos a los ríos que son vientres y tejidos.
Escuchamos que el río se nos salió del corazón. Escuchamos al Sumapaz, al Yanuncay, al Quito, al Arenal, al Cuautla, al Dílar, al Monachil, Al Puas, al Warana, al Dormilón, al Sogamoso, a La Miel, al Melendez, al Atrato, al Magdalena, al Cauca, al Pisque, al Yurumanguí, al Bogotá, al Cañas, al Ovejas, al Delta del Kaveri, al Toltén, al Muña, al Pánuco, al Wapintu y al Archipiélago de Chiloé.
Escuchamos que la vida nos la quieren organizar en torno al dinero. Escuchamos que un río que desaparece se lleva consigo la vida. Las vidas de muchxs. Escuchamos que la palabra siempre nos acompaña. Escuchamos que las plantas, como nosotras, crecen con el agua.
Escuchamos a quienes escuchan.
Escuchamos a lo que camina, a lo que vuela, a lo que nada.
Escuchamos que el río es esa mujer que grita. Escuchamos que ese grito es anticapitalista, anticolonial, antipatriarcal, antiracista.
Si nos tocan a un río, nos tocan a todxs.
Escuchamos el abrazo del alimento porque el alimento nos abraza a nosotras.
Escuchamos a quienes aguardianan el bosque, a quienes siembran el agua, a quienes tejen pluriversos, a quienes pescan, a quienes crían, a quienes cosechan y suturan con hilos y memoria.
Escuchamos que el río, como un vientre, nos da vida y nos recrea.
Escuchamos el deseo de llegar, unidos, disueltas, a esa inmensidad que es el mar.
Escuchamos a las aguas, como maestras. Escuchamos paisajes del conflicto, de recuerdos, que vuelven y nos nublan. Escuchamos ríos que nos llueven y nos lavan.
Escuchamos mapas parlantes, mapas que viajan, mapas que hablan de la vida, de la de nosotrxs, que es, también, la vida de las montañas, de los acuíferos y arroyos.
Escuchamos lo que no puede escucharse.
Escuchamos los silencios y silenciamientos.
Escuchamos a los pueblos gritando juntos contra el secuestro a pocas manos de las aguas. Escuchamos los sueños de los comunes, sus reverberaciones y posibilidades. Escuchamos ríos que caminan, personas que caminan, historias que caminan.
Escuchamos luchas que caminan y que también vuelan.
Escuchamos al Mosa, al Piatúa, al piedemonte Amazónico, al Teusacá, al río Blanco, al Ranchería, al San Pedro, al Berkel, al agua de Quinchana, al Nechí, al Chinchiná, al Xingu, al Ping, al Rin, al uMngeni, al Cuando, al Barotse, al Biobío, al río La Antigua.
Escuchamos a los ríos formando círculos, espirales de la vida. Escuchamos a los ríos que están aquí. Y también a los que llegan.
Escuchamos cuando llegó el extractivismo, la violencia y las represas. Escuchamos a los ríos como un canto coral, de silbidos, peces, camarones, bocachicos, barranqueros, colibríes, pumas, cóndores, ocelotes.
Escuchamos no sólo con nuestros oídos y el cuerpo, sino también con el tiempo. Acompañadas de los aprendizajes del pasado y de imaginaciones del futuro. Nos escuchamos y nos reconocimos en los espejos del agua en el presente, en el aquí y en el ahora, dolientes y en resistencia. Ensamblamos y sembramos nieve, neblina, frailejones, bosques, agua que nos sobrevuela. Tejemos con yute, buchón, esparto, caña, algodón.
Escuchamos el pulso del tejido de la vida haciéndose, deshaciéndose, rehaciendo viejos y nuevos vínculos. Escuchamos a los que se fueron, a los que llegaron y a los que volvieron.
Escuchamos que todo tiene palabra.
Nos escuchamos.
Y nos declaramos, como dicen lxs compas zapatistas, en una escucha permanente.
Una escucha que nos abra a los muchos mundos en el mundo, una escucha que nos corazone y dé fuerza para seguir la lucha por la defensa y el cuidado de la vida.
Que esta escucha no se nos acabe nunca.
Fotografías tomadas durante el taller “Partitura Colectiva” realizado en el marco del Seminario Internacional Ríos en Movimiento en Manizales, Colombia, en marzo de 2024.
III. Una escucha permanente
Este Coro de ríos que cantan nace por iniciativa de varios procesos de investigación doctoral en el marco de los proyectos Riverhood y River Commons de la Universidad de Wageningen, Países Bajos, realizados en Ecuador, Colombia, India, Zambia, Tailandia, Sudáfrica, Países Bajos y España. La instalación sonora se inauguró en el Seminario Internacional Ríos en Movimiento realizado en Manizales, Colombia, en marzo de 2024 y busca expandirse entre más voces que componen las redes de defensa de los ríos y el agua en Latinoamérica, desde las diversas formas de juntarnos en el cuidado de los ríos y en el encuentro con una academia reflexiva, crítica y activista. Los Cantos de resistencia hacen parte de un texto exploratorio resultado de un ejercicio de escucha y sistematización de sonidos que surgieron en un taller de composición colectiva realizado por Carolina Cuevas Parra, Laura Giraldo-Martínez y Catalina Rey-Hernández en el seminario mencionado.
Durante el seminario, el coro también se entrelazó con el Tejido de Colectivos Manizales y Sur Occidente Colombiano, Universidad de la Tierra (Unitierra), en el Pabellón de Ramas, en la plaza de mercado de Manizales, Colombia, donde junto con lxs activistas y colectivos presentes, dialogamos e intercambiamos saberes sonoros en torno al Coro de Ríos y cómo éste abre posibilidades de conversación en torno a relaciones sociales interculturales y a la coexistencia con las diferencias y la diversidad a través de otras formas de escucha.
Posterior a este encuentro, el Coro ha viajado, al viajar sus cantos: por la Red de Bibliotecas Públicas de Bogotá (Biblored) en Colombia, durante los meses julio y agosto 2024, a través de ejercicios de escucha activa con el río Bogotá y sus humedales urbanos. Con la intención de crear una partitura colectiva, inspirada en la metodología del Coro, activamos nuestra imaginación sonora para recorrer y aprender con los sonidos de esta cuenca. Escuchamos las voces que componen la publicación Cómo cuidar un río (entre—ríos, 2023) y nos encontramos con las diversas formas de cuidarlo en su día a día: con la memoria de nacer, silbar, girar, respirar, sembrar, saltar. Compusimos con los sonidos de las aguas, bosques, montañas, humedales, alimentos, memorias y sueños que cohabitan en la gran cuenca del río Bogotá.
Con esta escucha permanente, esperamos seguir componiendo coros.
Referencias citadas
Blackmore, Lisa; Giraldo-Martínez, Laura; Piñeros García, Diego, Steiner, Juliana (eds). Cómo cuidar un río. Bogotá: entre—ríos, 2023.
Ingold, Tim. “Four objections to the concept of soundscape” in Being alive : essays on movement, knowledge and description. London; New York: Routledge, 2011
Tsing, Anna. The mushroom at the end of the world. Princeton University Press, 2017
Carolina Cuevas Parra: Escribo, leo y hago preguntas enredada con las aguas, los feminismos, las pedagogías. Investigo las muchas formas de practicar el cuidado de los ríos en Colombia y Andalucía como parte del proyecto Riverhood (WUR).
Laura Giraldo-Martínez: Filósofa, Máster en Geografía, investigadora PhD en el proyecto River Commons (WUR). Desde el encuentro de la ecología política del agua y la geografía de la memoria actualmente me centro en la cuenca alta del río Bogotá. Parte del colectivo entre―ríos en el proyecto RÍO BOGOTÁ.
Catalina Rey-Hernández: Arquitecta chilena y diseñadora del paisaje. Actual investigadora PhD del proyecto Riverhood (WUR) donde mi principal interés es el contra-diseño en paisajes fluviales. Busco entrelazar saberes de comunidades ribereñas a través de lenguajes visuales co-creando contra-cartografías
Diseño de proyecto: Carolina Cuevas Parra, Laura Giraldo-Martínez, Catalina Rey-Hernández & Daniele Tubino de Souza. El proyecto es financiado por los fondos de River Commons (INREF) y Riverhood (ERC). Más información: https://movingrivers.org
Colaboradorxs: Tanvi Agrawal, Ana María Arbeláez, Sarita Bhagat, Jidapa Chayakul, Etienne de France, Carlota Houart, Edward Huijbens, Arcadio Martínez-Lanz, Jeroen Vos.
Enlace web: https://www.chorusofsingingrivers.org/
Para citar: Cuevas Parra, Carolina; Giraldo-Martínez, Laura; Rey-Hernández, Catalina . “Coro de ríos que cantan” Signatura, vol. 4.1, diciembre 1, 2024 URL: https://www.humanidadesambientales.com/signatura/120124-v4-cuevas-giraldo-rey